miércoles, 26 de marzo de 2008

Veracruz y la reforma energética

por Fidel Herrera Beltrán

Hay un gran debate por la energía y la reforma energética en la nación. De un lado está la posición de una fuerza que dice no a la privatización y no a la reforma, sin proponer algún camino. Hay otra parte que propone una ruta, que hace necesaria la exploración en el mar.

También está pendiente en la agenda, que el titular del Poder Ejecutivo Federal haga una propuesta especificando qué reforma considera debemos realizar.

Y, en el centro de este torbellino, hay muchos mexicanos como yo que pensamos en el deber de hacer una contribución, pero no queremos ir en un sentido que magnifique la confusión que ya existe. Todo mundo sabe que queremos que el petróleo y el gas sigan siendo de México.

Hace pocos días tuve el honor de reunirme en una sesión de trabajo con el doctor Jesús Reyes Heroles, director general de Pemex y abordamos la relación de Petróleos Mexicanos y Veracruz.

Quedó claro que es la política de entendimientos y de acuerdos la que nos ha hecho superar y atender muchos de los problemas y de los pasivos ambientales que Pemex tenía con Veracruz.

Fiel a su compromiso con el Pacto Federal, nuestro estado hará su contribución, como la viene realizando desde 1908 a la soberanía energética de la nación, y recibirá por parte del Gobierno y de Petróleos Mexicanos la atención que merece un estado que aporta tanto para que la riqueza de los hidrocarburos sea también el sustento para incorporar a las regiones, al desarrollo en su integralidad.

Con el director general de Pemex hablamos acerca de nuestras propuestas para la exploración de los pozos marginales y le expresamos nuestro apoyo de un nuevo marco regulatorio para Petróleos Mexicanos que le proporcione un nuevo gobierno corporativo, conversamos sobre alianzas estratégicas y la necesidad de continuar con la parte petroquímica, en un plan que hemos denominado Proyecto Etileno Siglo XXI.

Más allá de las cifras, el acuerdo concreta lo que ya está en proceso: el túnel sumergido de Coatzacoalcos, la reconstrucción del puente, la ampliación de l puerto en Tuxpan y el proyecto cultural veracruzano que vamos a definir con Pemex, así como la explotación racional, adecuada y programada en el paleocanal de Chicontepec.

En una conferencia de prensa que ofrecí el lunes afirmé, y en este espacio lo sostengo, que soberanía es la capacidad autonómica de defender la independencia económica, política y territorial de una nación, para que sea autosuficiente y no depender.

Creo que se atenta más contra la soberanía cuando se contempla cómo estamos ahora. He dicho que vivimos el "síndrome del lechero ineficaz". Vendemos crudo y compramos refinado, como el lechero, como el ganadero, que vende leche y compra quesos. Exportamos un millón 400 mil barriles diarios y reimportamos la mitad, pero a 600 dólares o más, lo que vendemos a 80, 90 ó 100 dólares.

Pienso que más allá del debate ideológico, del tema de la soberanía -que esa la quiero- energética para el país, está el tema de la globalidad, de la competitividad y de la oportunidad.

Es la hora de las nuevas energías, las energías limpias, y en Veracruz ya estamos en ello. Hace poco vino a visitarnos el presidente de Islandia y nos demostró que nuestro estado puede ser generador de energía geotérmica.

Ya estamos trabajando en la generación de energía eólica, en la zona de Antón Lizardo. Tenemos un proyecto de energía solar en San Andrés Tuxtla y con la Comisión de Pueblos Indígenas vamos a instalar fotoceldas para la electrificación rural. Ya no es proyecto, ya se está produciendo etanol de caña de azúcar en el ingenio de San Nicolás y estamos construyendo una gran planta de aceite de palma en Chinameca.

Pero creo en la conveniencia y urgencia de efectuar seminarios para enterarnos mejor y prepararnos para tomar posición con respecto a la reforma energética. Considero que una ruta y un camino son las asociaciones estratégicas inteligentes, de las cuales, ya en el marco constitucional vigente, Pemex ha realizado muchas.

Soy un optimista y creo en un futuro promisorio. Debemos ver con atención lo que ha hecho Brasil con Petrobras, o Noruega con State Oil. Nunca me cansaré de repetir que Japón no tiene ni una gota de petróleo y es el más poderoso país petroquímico del mundo.