miércoles, 25 de mayo de 2011

La verdadera fuerza de la nacion está en sus grupos regionales

En lo que podría verse como el retorno de un político profesional a la arena de lo público, el martes 24 de Mayo, quien fuera gobernador del Estado, cuatro veces diputado federal y una vez senador de la República, Fidel Herrera Beltrán disertó una ponencia sobre “Los Retos y Perspectivas del Federalismo en México” en el centro de administración del Gobierno del Estado de Colima.
Invitado por la Escuela de Gobierno y Gestión Pública, institución adherente a la estructura del Gobierno de Colima, y encargada de profesionalizar a los cuadros y funcionarios de la dirección pública de aquel Estado, el Dr. Herrera Beltrán compartió la mesa de debate con Ricardo Monreal, Senador por Zacatecas y con el también Senador por Jalisco, Alberto Cárdenas , ambos, al igual que Herrera Beltrán, ex-titulares del Poder Ejecutivo de sus respectivas entidades
federativas.
Un Fidel Herrera respetuoso, pragmático, invocador del presente y visionario del porvenir es el que se presentó ante millar y medio de personas que acudieron al auditorio “Arr. Luis Ramón Barreda Cedillo” ubicado en el Complejo Administrativo del Estado de Colima.
Allí, al hacer uso de la voz, y con la facilidad de tribuno y la experiencia parlamentaria que tiene en su basta curricula, el exgobernador de Veracruz comentó que: “...debemos de coordinarnos bien y dejar atrás, como parte de una historia que no debiéramos vivir, el centralismo que nos ahoga y que no propicia soluciones que resuelvan los reclamos de jóvenes que quieren empleos, de niños que reclaman alimentación a través de sus familias, y de familias que quieren ingresos para realizar sus tareas fundamentales.

Un nuevo pacto federal


Patria Nueva

Fidel Herrera Beltrán

25 de Mayo de 2011



1. Muy oportuna resultó la invitación que recibí hace algunos días para participar junto a los senadores Alberto Cárdenas Jiménez y Ricardo Monreal Ávila, en el panel "Retos y Perspectivas del Federalismo en México", organizado por la Escuela de Gobierno y Gestión Pública, adscrita a la Secretaría de Administración del Gobierno del estado de Colima.

Es, sin duda, un tema relevante que se encuentra en el centro del debate político nacional y sobre el que tenemos que reflexionar para encontrar los consensos que conduzcan a su modernización.

2. El federalismo tiene antecedentes muy remotos, y puede ser identificado como una forma de organización política en numerosas culturas. Incluso en el México prehispánico, diversos historiadores identifican la estructura de poder desarrollada por los pueblos de Anáhuac como eminentemente federal.

Subyacen en el término, de acuerdo con Proudhon, dos principios fundamentales y antitéticos de todo Gobierno: autoridad y libertad. De ellos se derivan cuatro formas de organización política, en un régimen autoritario, monarquía y panarquía; y en el de libertad, democracia y anarquía.

Para Montesquieu el federalismo consiste en una sociedad de sociedades que forma una nueva que se engrandece por la unión de sus integrantes. Rousseau entendió al federalismo como una convención por la cual diversos cuerpos políticos consienten en convertirse en ciudadanos de un Estado más grande del que cada uno de ellos forma parte.

3. En términos modernos el politólogo Daniel J. Eleazar afirma que el federalismo es autogobierno más Gobierno compartido. Lo define como una organización dual del poder del Estado, en la que lo fundamental es la naturaleza política de las relaciones que se establecen entre cada una de las partes, caracterizadas por su independencia, la no subordinación y la permanencia de su soberanía.

4. En la práctica moderna, la consolidación del federalismo como organización política se da en los Estados Unidos de América. Consiste en estados independientes que deciden unirse en un proyecto nacional, adoptando un modelo en el que el Poder Legislativo es dominante, con un Senado que representa de manera igualitaria a los estados integrantes del pacto federal y una Cámara de Representantes que hace lo propio con los ciudadanos.

5. El modelo federal mexicano tiene en el antecedente estadunidense a su principal referente, pero con características derivadas de nuestra propia cultura e historia. De hecho, el federalismo mexicano, como bien lo describe Miguel Carbonell, es una conquista del constitucionalismo del siglo XIX.

6. Ya en la época moderna, durante los años noventa del siglo pasado, se realizaron esfuerzos importantes en materia de descentralización y se sentaron las bases para una profunda redistribución de competencias, responsabilidades y recursos, en temas tan relevantes como la política agropecuaria, la gestión ambiental, el manejo del agua, en la operación y mantenimiento de carreteras, y en el fomento al turismo.

Sin embargo, este proceso de reforma quedó trunco en el año 2000. Con los Gobiernos de la alternancia, las formas tradicionales de hacer política se rompieron, se extralimitó el presidencialismo y así el Congreso y los Gobiernos estatales se han visto desafiados de modo recurrente.

7. Ahora enfrentamos un federalismo dislocado. Un federalismo que no es capaz de definir el alcance de las responsabilidades de los estados ni de los municipios, lo que en la práctica genera trabas para que la economía pueda volver a crecer y la sociedad pueda alcanzar sus fines en el marco de un auténtico Estado de Derecho.

Hay mucho que avanzar, por ejemplo, en la conformación de las estructuras de financiamiento del Estado, del gasto público. Es fundamental que las entidades federativas y los municipios tengan más responsabilidades respecto a la recaudación impositiva, creando incentivos para la captación de recursos.

8. Ello implica sacar adelante una reforma fiscal integral, pero sobre todo, un cambio de actitud. Esto es, desarrollar el pacto federal de manera saludable, sin las preferencias que hoy se perciben claramente entre estados y municipios por parte del Poder Ejecutivo Federal y que generan inercias centralistas que distan mucho de ser las mejores.

9. La descentralización sigue siendo una asignatura pendiente. Debemos repensar y consensuar un modelo claro respecto al rol y al peso relativo que deben tener los tres niveles de Gobierno: federal, estatal y municipal.

10. En esta tesitura, es indiscutible que México debe avanzar hacia un nuevo Pacto Federal como condición necesaria para el equilibrio del poder político, en el que la descentralización administrativa no se reduzca al fortalecimiento de las instancias estatales, sino que trascienda al espacio de la convivencia social.

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