miércoles, 28 de septiembre de 2011

La apuesta debe ser el mercado interno

Patria Nueva
Fidel Herrera Beltrán
28 septiembre de 2011

1. Como resultado de la crisis económica mundial, desatada en 2008 a raíz de la quiebra del mercado hipotecario estadunidense, diversas naciones adoptaron acciones inmediatas para contrarrestar sus efectos. Por un lado, encontramos aquellas que se enfocaron a fortalecer su mercado interno, y por el otro, a las que hicieron ajustes coyunturales para sortear los problemas de corto plazo esperando que las cosas mejoraran.

2. Entre las primeras está China, que focalizó la abundancia de sus recursos financieros hacia la construcción de obra pública y comunicaciones, el desarrollo de servicios para el uso de tecnología entre su población, el fortalecimiento de su modelo educativo y el diseño de programas para elevar la capacidad de compra de sus habitantes. Estas medidas adoptadas por el gobierno chino le permitieron apuntalar la economía interna, en tanto llegaban mejores tiempos en el ámbito internacional.

El paradigma económico es claro. Una economía que destaca en los mercados globales, primero debe ser fuerte en su mercado interno, así lo han demostrado la teoría y los hechos desde el siglo XIX.

3. Tres años después de la crisis, y a pesar del esfuerzo realizado por el presidente Obama para reencender los motores de la producción, el mensaje de las principales corredurías financieras y organismos internacionales, indica que el crecimiento de la economía de Estados Unidos e Europa irá a la baja en los próximos 12 meses.

4. Por tanto, es urgente plantear soluciones internas inmediatas que permitan enfrentar la crisis de la economía mundial que se avecina y que podemos instrumentar con nuestros propios recursos. A nuestro favor tenemos muchas ventajas, la primera de ellas es el tamaño de nuestro mercado interno, más de 112 millones de personas, lo que representa el segundo más grande de América Latina y el once a nivel global.
5. En este rubro, combatir la pobreza no es simplemente una misión ineludible a la que están obligados los tres niveles de gobierno. Se trata de nuestra mejor carta para reactivar la economía nacional.
Lo podemos lograr si mejoramos el poder de compra de la población que hoy vive por debajo de la línea de la pobreza y que por desgracia asciende a más de la mitad de los habitantes de nuestro país.
6. Ello sólo será posible mejorando los niveles de productividad y participación en la economía de los grupos marginados de población. Lograrlo implica elevar la inversión pública en infraestructura, tal y como lo hizo China. Pero también, una de las claves para el desarrollo es generar más oportunidades laborales. Abatir el desempleo juvenil es fundamental, tal y como lo indica la agenda de trabajo del G-20 a celebrarse en Francia para el mes de noviembre.

7. Es momento de hacer las inversiones que México demanda para fortalecer la economía nacional y dotarla de las herramientas que le permitan recuperarse. Insisto en rescatar el campo mexicano y modernizar el entramado institucional en materia laboral para facilitar la inversión privada y detonar la creación de empleos.

8. Y aún cuando una estrategia de esas características está ausente en el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2012 enviado por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados, estoy seguro que los legisladores trabajarán para garantizar que la distribución de los recursos públicos del próximo año responda al escenario internacional adverso que se avecina.
9. Sabemos muy bien que en una economía globalizada el aislamiento no es opción. Pero esto no es motivo para descuidar el mercado interno y olvidar la actividad agropecuaria.

10. En el crecimiento de la demanda interna de productos nacionales encontraremos el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, la prosperidad y la democratización de las oportunidades para todos.

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