miércoles, 1 de febrero de 2012

Davos 2012 y el capitalismo de Estado

Patria Nueva

Fidel Herrera Beltrán

1 de febrero de 2012


1. En el Foro Económico de Davos, Suiza, celebrado del 25 al 29 de enero pasados, se reunieron 33 jefes de Estado y de Gobierno, alrededor de dos mil empresarios, representantes de una parte importante del poder económico mundial, así como investigadores y líderes de opinión, con objeto de analizar la situación que enfrenta la economía mundial.

El principal debate se centró sobre la pertinencia del capitalismo, su evolución y caída ante la nueva realidad internacional y los desafíos que el mundo enfrenta en la segunda década del siglo XXI: déficits fiscales, recesiones económicas acompañadas de un alto nivel de desempleo y la cada vez más profunda brecha de desigualdad social que padecen los países desarrollados y las economías emergentes.

2. Nos encontramos así frente a una situación inédita, un capitalismo liberal contemporáneo que como ideología de mercado se ha debilitado en razón de los efectos negativos que las recurrentes crisis financieras han tenido entre la sociedad en el último lustro.

3. Sin embargo, los debates presentados en Davos sobre las paradojas que genera el sistema económico de libre mercado, no aportan soluciones concretas, sólo esbozan principios de análisis y recomendaciones generales de actuación para los Gobiernos. En el fondo, sólo permiten otear los problemas.

4. Autores como el politólogo Ian Bremmer, centran la discusión académica sobre una variante del capitalismo que ha tomado fuerza en los últimos años y que se focaliza en una mayor intervención del Estado para favorecer industrias o sectores que la élite política considera como estratégicos y por tanto susceptibles a desarrollarse.

5. A través de esa forma de intervención estatal, países como China, Brasil, India o Corea del Sur han sido capaces de liderar la economía global en sectores como el de manufacturas, los electrodomésticos y el desarrollo de "software", entre otros.

Un claro ejemplo se observa en las medidas tomadas por el Gobierno de Pekín, actualmente propietario de un número importante de empresas que hoy se encuentran entre las más rentables del planeta, generando dividendos superiores a los 64 mil millones de dólares al año.

6. Y es que el capitalismo de Estado, por su propia naturaleza, no responde al riesgo que supone la ausencia de rentabilidad en el corto plazo. Es decir, a través de recursos públicos, el Estado puede desarrollar sectores de la economía cuya maduración es de largo plazo e incluso innovar, como ha sucedido en Brasil con las empresas estatales Embraer en la aeronáutica y Petrobras en la búsqueda de hidrocarburos en aguas profundas.

7. El riesgo radica en el hecho de que los Gobiernos receptores de capital cambien de opinión respecto al papel que el Estado debe desempeñar en la economía, ya sea por razones ideológicas o como consecuencia de una crisis económica o política.

8. En el fondo, los debates que en Davos se están generando muestran que aún no hay consensos respecto a la forma alternativa de capitalismo que el mundo requiere para resolver los agudos problemas globales, especialmente el desempleo y la pobreza.

9. Hoy, el principal reto de Gobiernos, líderes mundiales, empresarios transnacionales y académicos está en mantener un sistema de mercado con sentido social, que no sólo busque la ganancia a ultranza, sino también el bienestar de la sociedad, que en última instancia constituye su mercado.

10. Mucho se ha avanzado reconociendo que el problema existe, aunque no haya aún claridad en las acciones que lo resuelvan. Mientras tanto, países como el nuestro tendrán que idear sus propias respuestas a la pobreza e inequidad en el ingreso. El reclamo de democracia y justicia social está hoy vigente y por ello representa nuestro principal compromiso.

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