jueves, 16 de febrero de 2012

La mejor inversión es en educación. Bachillerato obligatorio

16 de febrero de 2012

México tiene desafíos torales en materia educativa: abatir el analfabetismo, incrementar los años de escolaridad promedio, aumentar el número de personas con secundaria terminada, y más de fondo, lograr una educación de calidad y excelencia que permita a nuestros jóvenes competir en el mercado laboral.

Ahora se nos abre una ventana de oportunidad para atenderlos. Me refiero al decreto presidencial que reforma los artículos 3 y 31 de la Constitución, y que obliga al Estado mexicano a establecer la educación media superior como gratuita y obligatoria para todos nuestros jóvenes.

Para implementar esta política pública de justicia social, se tendrá que dotar al país de infraestructura para dar cabida a todos los estudiantes que egresarán de la educación media básica, y en paralelo, atender los problemas sociales que empujan a nuestros niños y jóvenes a la deserción escolar, sin dejar a un lado la inminente necesidad de dotar de nuevas capacidades y habilidades a nuestros docentes.

Sin embargo, hay razones para el optimismo. La reforma constitucional encontrará en las nuevas tecnologías de la información a su más formidable aliado. Ya lo hemos podido observar en el excelente aprovechamiento que han alcanzado los estudiantes de telesecundaria y que están avalados por los resultados de la prueba Enlace. Tal ha sido su impacto, que el programa ya empieza a reproducirse con éxito en otros países, tanto por sus beneficios académicos, como por las habilidades visuales que desarrollan los estudiantes y, lo más importante, el estímulo a la formación autodidacta.

De la misma forma, el modelo pedagógico del telebachillerato, que en Veracruz se imparte exitosamente desde 1980, ha permitido un desarrollo integral de los jóvenes a través de los valores plasmados en las nuevas tecnologías. Esta experiencia ha sido adoptada por otros estados, pues el programa ha demostrado ser eficaz para arraigar a los estudiantes y abrirles opciones que se traducen en menor deserción escolar.

Ante el reto del bachillerato obligatorio, debemos apostarle y considerar a los telecursos como una salida efectiva al rezago educativo, y un primer paso, será brindar una computadora por alumno.

Sólo así lograremos una enseñanza para todos. La modernidad nos exige diseñar un nuevo orden social de la mano de la tecnología con el objeto de mejorar la educación, el empleo y la seguridad para hacer de México una Nueva Nación.