miércoles, 14 de marzo de 2012

México y el escenario político mundial

Patria Nueva

14 de Marzo de 2012

Fidel Herrera Beltrán

El año 2012 vivirá procesos electorales de gran relevancia en diversas naciones del mundo. Destaca la renovación del Poder Ejecutivo en cuatro de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Francia, China y Rusia.

A este grupo de Estados debemos sumar a Corea del Sur, Egipto, Irán, Taiwán, Venezuela y, desde luego México, que también celebran elecciones este año. En conjunto, estos diez países concentran más de la mitad del PIB global, además de encabezar la producción global de petróleo; de ahí la importancia de analizar los próximos cambios en la geopolítica mundial y sus posibles impactos para nuestro país.

En las elecciones del pasado domingo 4 de marzo en Rusia, resultó ganador Vladimir Putin, quién iniciará su tercer mandato presidencial en medio de fuertes cuestionamientos que se manifiestan en protestas populares y estudiantiles, expresión de la existencia de un Estado disfuncional.

Es necesario recordar que Rusia —junto con China, Brasil y la India son llamados en conjunto BRIC por incluir a las economías emergentes más importantes— cuenta con importantes reservas petroleras que abastecen la demanda de gas y combustible de Europa y Asia. Su estabilidad política es por tanto fundamental para el equilibro de este mercado.

Por otro lado, el próximo mes de abril, los franceses elegirán en primera vuelta, si es que se obtiene la mayoría, a su presidente. Diversas encuestas sitúan al candidato del Partido Socialista, François Hollande con posibilidades de derrotar al gobierno encabezado por Nicolás Sarkozy.

Francia resiente, al igual que otros países de la región, los resultados del estancamiento económico global y la pérdida de competitividad frente a los BRIC, lo cual es muy probable que se vea reflejado en las urnas.

En ese mismo mes, Grecia sostendrá elecciones legislativas, por lo que un nuevo Parlamento y primer ministro deberán refrendar las condiciones que le impuso el Banco Central Europeo para mantener su rescate financiero.

Por otro lado, las recientes elecciones legislativas en Irán modificaron el escenario político de apoyo interno al gobierno del presidente Ahmadineyad, que además enfrenta el riesgo de intervenciones armadas de parte de Estados Unidos y sus aliados, por resistirse a la supervisión internacional de su programa nuclear.

En Egipto, el 23 y 24 de mayo próximos la población elegirá presidente tras treinta años de gobierno de Hosni Mubarak. La celebración de elecciones pacíficas en esa nación africana será fundamental para la consolidación de su democracia y por tanto, para la estabilidad en los precios internacionales del petróleo.

En el continente americano, una de las elecciones más esperadas es la de Estados Unidos, en la que el 6 de noviembre se determinará si el presidente Barack Obama es reelecto o el electorado estadounidense opta por impulsar un gobierno de corte conservador.

Más allá de este conjunto de procesos electorales, la comunidad internacional demanda la toma de decisiones urgentes que atiendan, entre otros temas, la crisis económica de la zona euro; la agenda alimentaria global; el estímulo al empleo, y el calentamiento global. Los gobiernos que inician en este 2012 un nuevo ciclo, necesitan renovar la esperanza de un futuro mejor para sus sociedades.

Finalmente, el proceso electoral que más nos ocupa en este momento es el propio. La alternancia en el gobierno federal luce inminente y es oportuna. La elección del próximo 1 de julio se presenta como la gran oportunidad para otorgar a México un nuevo rumbo, en el que el impulso al desarrollo y la creación de empleos sean realidades cotidianas de la Nueva Nación justa, democrática y de oportunidades que aspiramos para todos.

herrerafidel@hotmail.com

www.fidelherrera.blogspot.com


Agua para el futuro

8 de Marzo de 2012

Fidel Herrera

La escasez de agua se ha convertido en un tema de seguridad global. Su conservación, indispensable para la vida y el desarrollo económico, es hoy una parte estratégica de las agendas gubernamentales. La OECD, por ejemplo, plantea que la falta de acceso a los servicios de agua y saneamiento en muchas poblaciones, se debe a la mala gobernanza y a la insuficiente inversión en nuevas redes de distribución, reciclaje y mantenimiento de las ya existentes.

Expertos en la materia señalan que, además de la escasez, existe el problema de la calidad del agua, dada la constante contaminación de los recursos hídricos ocasionada por fertilizantes agrícolas y la disposición inadecuada de desechos industriales y basura, que no encuentran mejor destino que cuencas y ríos.

Los países desarrollados han abordado el tema del agua como un asunto de seguridad nacional. Su cuidado se hace notar en los programas que desarrollan para preservar la de los ríos que cruzan sus ciudades. En Francia, el uso de energías alternativas para producir electricidad nos enseña cómo utilizarla y reservarla para el impulso de actividades agrícolas y ganaderas.

En México, la gestión de los recursos hídricos es uno de los problemas ambientales más apremiantes. El crecimiento urbano y la sobrexplotación de acuíferos, han provocado graves problemas en su disponibilidad. Hoy, alrededor del 12 por ciento de los mexicanos no tienen acceso a agua potable. Por otra parte, la falta de precipitaciones pluviales a lo largo ya de casi tres años en una amplia franja de la zona norte del país, ha causado una severa sequía que hoy se manifiesta en la aridez de sus suelos, convertidos en improductivos.

Actualmente, gran parte de la disposición de agua para las actividades agrícolas depende principalmente de subsidios federales y estatales, mayores incluso a los que otorgan potencias agrícolas globales, como Brasil. En la industria, en cambio, son menores, pese a ser una actividad que representa mayor crecimiento.

Por lo tanto, la agenda del Estado mexicano deberá priorizar políticas de desarrollo sustentable, la gestión compartida del agua y el diseño de un sistema más equilibrado de subsidios y precios, con el fin de asignarla a los usos más rentables.

Agua para el futuro significa plantearnos una ruta de desarrollo sustentable, no sólo para volvernos una nación competitiva, sino para garantizar mayor bienestar para los mexicanos.