miércoles, 11 de julio de 2012

COMPROMISO CON LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA MEXICANA



El apoyo manifestado al candidato presidencial de la coalición PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, por parte de la industria azucarera y alcoholera, renueva la esperanza en reactivar el dinamismo de un sector vital de la agroindustria nacional. Y es que la explotación eficiente de la caña de azúcar puede convertirse en un extraordinario detonador en la creación de empleos agrícolas, en función de las grandes potencialidades de esta gramínea tanto en sus derivados bioquímicos, como en la cogeneración de energía.
Hoy, la agroindustria azucarera de México espera la atención de las instituciones de la República a sus necesidades y a las de los campesinos, obreros y empleados que laboran en ella, así como la implementación de una política agroalimentaria que dé prioridad a la producción nacional evitando así importaciones innecesarias, dado que la industria de la caña de azúcar ha demostrado con creces ser autosuficiente.
Tengamos presente que el consumo de azúcar es parte fundamental de la dieta del mexicano. La utiliza cotidianamente en la preparación de sus alimentos y bebidas, por tanto, su costo impacta invariablemente en la economía de las familias, especialmente en las más vulnerables. Los cañeros hacen suyo uno de los compromisos del candidato: disminuir el costo de la canasta básica alimentaria a fin de reducir la pobreza.
Debemos reconocer que esta agroindustria ha sido uno de los pilares de la economía mexicana. Al día de hoy ocupa el primer lugar en productividad, aportando el 8.6% del Producto Interno Bruto agropecuario. Su presencia ha sido clave para el desarrollo nacional y ha incidido en el regional de 15 estados de la República y de 227 municipios que tienen esta vocación productiva.
Por otro lado, dependen de la producción azucarera, directa o indirectamente, alrededor de tres millones de mexicanos, de ahí la importancia de reconocer el impacto que tiene en materia de empleo para fortalecerla y apoyar el arraigo de nuestro sector campesino.
Siendo México el principal productor de caña de azúcar entre los países del TLCAN, se presentan grandes potencialidades en la explotación productiva de bioetanol o bioplásticos, sólo por mencionar algunos de sus derivados. No hay duda, el país debe promover los cambios estructurales necesarios que permitan generar la revolución productiva que demanda el campo azucarero mexicano.
El compromiso de los integrantes del sector azucarero nacional con Enrique Peña Nieto y con la nación ha sido público, honesto y decidido, así lo demuestran sus recientes desplegados en la prensa nacional. Sus integrantes están decididos a la modernización bajo estándares de calidad internacional que permitan incrementar la producción, generar empleos y otorgar mejores remuneraciones.
Ante el hecho de que en los últimos diez años los precios de los productos que conforman la canasta básica alimentaria se han incrementado en un 190%, de acuerdo a datos del INEGI (el caso del azúcar fue del 169%), es prioritario establecer las medidas que permitan a la industria azucarera ser competitiva y evitar con ello la especulación entre distribuidores y vendedores al menudeo, quienes aumentan los precios por expectativas inflacionarias más que por escasez, ya que el abasto nacional ha estado garantizado en los últimos años.
Trabajadores y empresarios de la industria azucarera coinciden en el planteamiento de Enrique Peña Nieto: se debe consumir lo que México produce y reducir la dependencia del exterior, sobre todo en materia alimentaria.
La voluntad del sector azucarero es manifiesta con quien gobernará a México en los próximos seis años. El compromiso por México es ahora de todos.
herrerafidel@hotmail.com
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