jueves, 9 de agosto de 2012

Un nuevo mercado financiero para el campo

9 de Agosto de 2011

México cuenta con las condiciones para destacar como una potencia económica en los próximos veinte años, y para ello el impulso decidido al campo debe convertirse en una de sus principales fortalezas.
El anuncio de que existe la posibilidad real de que se abra en nuestro país un mercado agropecuario bursátil es de gran importancia para los productores nacionales, dado que actualmente operan con coberturas de riesgo de la bolsa de Valores de Estados Unidos, lo que significa que el costo del dinero está en función del dólar y su paridad con nuestra moneda.
En la práctica, un mercado bursátil transfiere recursos de ahorro a la inversión y para ello requiere de profesionales dedicados a poner en contacto a productores que quieran cubrir sus ingresos estableciendo precios a futuro, y a inversionistas bursátiles de commodities, que buscan obtener ganancias con base en el comportamiento real de la producción.
Contar con un mercado agropecuario bursátil propio permitirá allegar el financiamiento a quienes lo necesitan: empresas, productores e inversionistas del campo y, al mismo tiempo, establecer contratos de cobertura tanto en precios como en producción, lo que dará certidumbre al mercado.
Este esquema de financiamiento servirá, en primera instancia, para aquellas regiones productoras que cuentan con mecanización y tecnología adecuadas.
Es el caso de agroindustrias que ya son competitivas en los mercados nacional e internacional, como el café, azúcar, jitomate, limón, piña, naranja y aguacate, entre otros.
La importancia del modelo bursátil es que se establezcan estímulos por parte de la autoridad a los productores que honren los contratos que firmen y que además puedan apuntalarlos con otros mecanismos de fnanciamiento de la banca comercial y de desarrollo.
El reto está en integrar un mercado potencial para estos contratos y llevarlos a zonas en donde aún existe bajo rendimiento, incentivando así la innovación tecnológica. Se estima que a partir del financiamiento en el mercado accionario las inversiones en el sector agrícola podrían alcanzar los cinco mil millones de pesos.
Ya es tiempo de que México dé este paso. Debemos transformar al sector agrícola con políticas públicas vinculadas a la competitividad, de modo que evitemos la dependencia crónica de los pequeños productores agrícolas a los apoyos federales. En cambio, el objetivo debe ser dirigir los recursos hacia el fortalecimiento de la producción y por tanto al empleo bien remunerado en el campo mexicano.