miércoles, 5 de septiembre de 2012

Enrique Peña Nieto: presidente electo de México

Patria Nueva 
Fidel Herrera Beltrán 
5 de septiembre de 2012
  1. El Tribunal Federal Electoral completó "en tiempo y forma" la etapa final del proceso electoral, es decir, el análisis de las impugnaciones presentadas por la Coalición Movimiento Progresista. De acuerdo con la resolución emitida por los magistrados, los señalamientos sobre presuntas irregularidades ocurridas durante la pasada elección presidencial resultaron infundados.

2. Con este resultado, el proceso electoral federal 2012 ha concluido. El presidente electo es Enrique Peña Nieto y es momento entonces de abrir paso a la normalidad política y a la reconciliación que requiere México para retomar el rumbo del crecimiento con paz social que la población demanda.

3. Es necesario entender que las diferencias que se suscitaron entre los contendientes a la elección presidencial son producto de la enorme competitividad y pluralidad que caracteriza a nuestra democracia, lo que a todas luces es muestra de la fortaleza del sistema político. La jornada electoral del pasado 1 de julio tuvo una gran participación ciudadana y las instituciones electorales probaron estar a la altura del reto. Es claro que también las reformas en materia electoral emprendidas en 2007 y 2008 probaron su efectividad al propiciar certidumbre y equidad al proceso electoral en su conjunto.

4. Ahora, México necesita que sus actores políticos reconozcan con civilidad, madurez y oportunidad, que la resolución del máximo tribunal electoral de la nación no es para ser cuestionada sino acatada, y que las determinaciones jurisdiccionales tienen un peso vinculatorio para todos, dado que son emanadas de una valoración legal, no de una política ni tampoco mediática.

5. Con este resultado, como bien lo señaló Enrique Peña Nieto en su discurso al recibir la Constancia de Mayoría del Tribunal Federal Electoral, se inicia la construcción de un mandato democrático, moderno, responsable, abierto a la crítica y garante de la libertad. Todos ellos son valores que permitirán al nuevo Gobierno atender con prontitud y eficacia las tareas que enfrenta el país en diversas áreas.

6. Ahora debemos propugnar por avances sustantivos en el primer periodo de sesiones de la LXII Legislatura del Congreso de la Unión. La próxima administración federal debe llegar con plena capacidad para realizar las reformas que el país necesita, no sólo desde el punto de vista legal o procedimental, sino propiciando una transformación profunda de las formas y medios de hacer Gobierno y política.

7. El PRI tiene vocación de Gobierno y experiencia en la construcción de mayorías. De igual forma, cuenta con un marco institucional de actuación habituado a construir la unidad a partir de la diversidad de pensamiento. Por ello, cuando de este partido político emana un gobernante, la suma de voluntades en torno a ese liderazgo político es connatural.

8. El Presidente electo cuenta con el apoyo de todos los sectores y organizaciones que lo impulsaron como candidato a la Presidencia, dispone del respaldo de millones de mexicanos que lo eligieron y ahora también con el aval del Tribunal Federal Electoral que emitió su resolución de manera unánime.

9. Conjugados estos factores, tengamos confianza de que México se enfila hacia la consolidación del imperio de la ley y de un desarrollo igualitario; a la construcción de ese futuro tan deseado por todos los mexicanos y al que tenemos derecho si participamos y asumimos unidos los retos que la nación demanda.

10. Superados los procedimientos legales, toca el turno del protocolo: la toma de protesta de la Presidencia de México por Enrique Peña Nieto, quien, estoy seguro, inaugurará una nueva etapa de prosperidad y desarrollo. Se ha puesto en marcha la reconstrucción del país.

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