jueves, 11 de octubre de 2012

México ante el escenario económico mundial

11 de Octubre de 2012
Fidel Herrera 
A la quiebra de la empresa estadounidense de servicios financieros Leman Brothers, que detonó en 2008 una severa crisis económica a nivel global, y muy específicamente en Estados Unidos, se han sucedido una cadena de eventos desafortunados en esta materia que hoy se manifiestan con claridad en países como Grecia, España, Italia, Irlanda y Portugal. En general, las naciones que conforman la Unión Europea presentan un limitado crecimiento económico, condición que les impide atender las demandas sociales de empleo, salud y educación que demanda su población.
América Latina enfrentó en los años ochenta del siglo pasado una situación similar generada por el fin del modelo económico del desarrollo estabilizador y el crecimiento desmesurado de las deudas interna y externa de los países de la región, lo cual desembocó en una caída abrupta de su desarrollo.
Hacia algo parecido parece encaminarse la situación de algunos países europeos, pues no se vislumbra una recuperación de corto plazo sin antes sanear la política financiera interna y contrarrestar el déficit presupuestal en el que incurrieron esas naciones durante los últimos 15 años.
Reza un dicho entre los economistas, “no importa cuándo, pero tarde o temprano se tienen que pagar los excesos en el gasto que conduce a políticas deficitarias”. Los países en crisis decidieron apostar a ingresos futuros inexistentes para solventar el gasto inmediato. Sin embargo, el futuro los alcanzó, y como ocurrió en nuestro continente, el servicio de la deuda hará que se contraiga el consumo a niveles muy inferiores a los anteriores al 2008.
De ahí la importancia de las reformas estratégicas que en México ya se iniciaron con las iniciativas preferentes enviadas por el Ejecutivo Federal en el presente periodo legislativo. Sin embargo, no sólo se trata de armonizar contablemente a nuestro país o de contar con nuevos esquemas de resolución de controversias laborales, sino de crear las instituciones que potencien la competitividad frente a las condiciones adversas que hoy presenta la economía mundial.
Debemos continuar con el fortalecimiento de nuestra mercado interno, base de todo despegue económico con miras a la internacionalización. De ese modo nos mantendremos como una economía emergente de alto potencial productivo, incluso en el contexto actual de bajo crecimiento global.
Si logramos competir en tiempos adversos, imaginemos lo que sucederá cuando la economía mundial recupere su dinamismo, México estará preparado para ser no sólo una potencia media a nivel regional, sino global.