jueves, 17 de enero de 2013

La fortaleza de nuestra política exterior

17 de Enero de 2013
La vigésima cuarta reunión de embajadores y cónsules de México concluyó la semana pasada con saldos muy positivos para nuestro país, pues se fijaron con claridad las directrices que habrán de moldear nuestras relaciones con el exterior durante los próximos años. El mensaje del presidente Peña Nieto a nuestro cuerpo diplomático fue claro y se enfocó en asumir la tarea de reposicionar la imagen de México en el mundo, privilegiando nuestras fortalezas, como es una economía sólida, con finanzas sanas y en pleno crecimiento.
Vivimos tiempos de cambio y renovación. La nueva administración federal ha mostrado disposición para lograr los acuerdos que permitan alcanzar las reformas fundamentales que demanda el desarrollo nacional. Las ventajas y oportunidades que ofrece nuestra economía en renglones estratégicos como el automotriz, agroalimentario, bioenergético y turístico, colocan a México en condiciones para convertirse en un polo de desarrollo regional y global durante los próximos quince años.
Y es que nuestras fortalezas económicas resaltan ante los problemas financieros y de crecimiento que aquejan a diversas naciones europeas y asiáticas, e incluso a Estados Unidos. Por tanto, debemos lograr que nuestra política exterior contribuya al desarrollo interior del país en los cinco ejes que el Presidente definió en su toma de protesta. Esto es, lograr un país en paz, incluyente, próspero y comprometido con una educación de calidad, así como un México que asuma con decisión los principios y valores históricos que le han ganado el reconocimiento de la sociedad internacional.
Será también importante reforzar la agenda bilateral con la Unión Americana en temas tan significativos como lo son la relación comercial, la seguridad, la migración, el manejo sustentable del agua y la protección de los ecosistemas. El reciente nombramiento de Eduardo Mediana Mora en el cargo de embajador en Washington, llega en un momento oportuno para avanzar en todos ellos, sobre todo en el migratorio, donde se espera que en breve el presidente Obama impulse una reforma amplia, cuyos beneficios podrían alcanzar a casi seis millones de mexicanos que trabajan en territorio estadounidense de forma irregular.
En suma, son muchas las razones para ser optimistas. La diplomacia mexicana está de regreso y lista para utilizar las mejores herramientas de nuestra política exterior en beneficio de los intereses de la nación y su desarrollo.
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